domingo, 6 de diciembre de 2009

Art. de Opinion: El policía y Mijail (Raul Bracho)

En la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela se acaba de aprobar la Ley de Policía Nacional. La inseguridad es uno de los problemas que denuncia la opinión pública como de mas relevancia en las encuestas, pero no es sólo un problema de Venezuela, más adelante insertaré los índices de criminalidad de una larga lista de países en donde pasa lo mismo, que como todo está profundamente asociado al tipo de sociedad que vivimos, al ansia insaciable de riquezas, a la falta de valores, al irrespeto a la vida humana y en muchos casos a policías corruptas y mafiosas que se amparan en sus credenciales para delinquir o para cobrar la impunidad. No es poca cosa lo que se pretende con la nueva ley, soñar con una nueva policía resulta fácil, crearla, salvándola de que nazca contaminada o de que repita sus mismos errores y que termine siendo tan solo un simple cambio de uniforme, es lo que debemos proponernos todos por nuestro propio bien.

En Venezuela la policía siempre se ha caracterizado por ser refugio de hampones, el simple hecho de portar un uniforme, de conducir una patrulla o de portar un arma, envalentona al funcionario y si no hay una conciencia clara, un compromiso social, se termina pudriendo en su autoridad utilizada en contra de nosotros mismos. Recientemente la Disip fue acusada de violar los derechos humanos a una camarada, en días reciente un padre con el dolor enorme de su hijo asesinado por “mafias policiales de Lara," no encuentra más espacios en donde imprimir su grito de desesperanza, “el libertario” como se llama un diario que dirige este padre, tiene el derecho que da la democracia de ser disidente. Yo no concuerdo para nada en apreciaciones de sus puntos de vista políticos, creo que falla en apuntar a los culpables y trata de hacer recaer las culpas sobre nuestro comandante, de manera equivocada. No es el mejor momento para esa discusión. El respeto al dolor me lo impone, si es momento de adherirme a su sentir de injusticia, de decir que jamás nadie, menos un revolucionario, podría serlo si tolera este vil asesinato, un joven de 24 años, apenas empezando a vivir, videoactivista, con la posición política que fuera, no merece caer tiroteado en la acera, Ni la más radical de las disidencias podrá justificar algo que a todas luces no es más que un vil asesinato.

Prometí al Libertario fijar mi posición, hoy lo hago. Sepa usted que pido que se haga justicia por la vida de Mijail, ante mi patria lo exijo, ante quienes tienen el compromiso de ejecutar la puesta en marcha de la nueva Policía Nacional, imploro que se busque, se encuentre y se castigue a quienes apagaron esta hermosa luz que empezaba a vivir. Ya tendré otra oportunidad para explicarle lo que considero sus inapreciaciones; cómo me indigna que le diga a Chávez que no valía medio cuando estaba en Yare, usted se equivoca, estaba toda la patria que lo sigue acompañando con él, ya llegará ese momento, por ahora reciba usted mi pésame y mi solidaridad y sea más certero y preciso a la hora de buscar culpables, la muerte de su hijo no es algo que usted deba permitir ser utilizada como arma política, si para desenmascarar las mafias policiales del Estado Lara, donde según sus sospechas se esconde quien le mató. Vi las fotos y los videos de Mijail, un excelente luchador, como de seguro lo es usted, no hay justificación alguna para su asesinato, tenga la fortaleza de tantas madres y padres, mujeres y hermanos que vieron morir asesinados a sus hijos en manos de los gobiernos de la cuarta, donde sí era desde el alto gobierno desde donde se ordenaban desapariciones y ejecuciones. La tarea de encontrar a los asesinos de Mijail es suya y mía, es de todo el que se proclame revolucionario, nadie que lleve en el corazón encendida la llama revolucionaria será cómplice en esto.

La Policía Nacional es una obligación, el Poder Popular debe estar profundamente ligado a ella, el policía debemos ser todos, cada ciudadano debe ser policía de su comunidad y sobre todo policía del policía que cumple con las funciones de brindar protección y seguridad a todos. La corrupción, la impunidad pagada, deben detenerse. La policía de Carabobo es la que despacha la heroína en Valencia, la de Nueva Esparta la que brinda protección a El Poblado y Los Cocos, otras zonas de expendio de drogas en Porlamar. He visto sus denuncias por más de cien “ejecutados” por la policía de Lara, somos todos quienes entonces debemos sustentar con valentía estas denuncias y luchar porque se investiguen hasta llegar a los culpables. La nueva Policía Nacional es un reto que brindará victorias si logramos romper con la complicidad que prevalece en las barriadas ante el azote de sicarios, traficantes y delincuentes. Denunciarlos no es ser sapos, es ser revolucionarios, esta es la conciencia que debe nacer, no seguir siendo cómplices de lo que después denunciamos.

En el socialismo, el policía va por dentro, se llama conciencia social, es la comunidad organizada y valiente que denuncia, que impide el abuso y el dominio, tanto del hampa, como de los funcionarios corruptos. La Ley triunfará si todos nos hacemos policías.

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